Reseña del concierto en Atarfe

Placebo: sol y sombra

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Brian Molko, en un momento de su actuación.

La banda más oscura del ´brit-pop´ de los 90 repasó sus clásicos en el Coliseo de Atarfe ante una legión de seguidores.

EDUARDO TÉBAR El grupo más oscuro del ´brit-pop´ de los noventa saltó como el Ave Fénix al gigante escenario, custodiado por un anchísimo fondo lumínico. Delante, la rama siniestra de la parroquia alternativa. Seguidores minuciosamente equipados con aliño fúnebre. Flequillo, uñas, rímel. Todo negro, como cantaban Los Salvajes.

El proyecto liderado por el vocalista Brian Molko y el bajista Stefan Olsdal ha convertido las tinieblas en seña de identidad. Discípulos aventajados de The Cure, Bauhaus, Bowie y T. Rex, el dúo de Londres lleva tres lustros reinando su franja con irregular fortuna. No obstante, a pesar de los discutibles resultados de los trabajos de esta década, ahora resurgen de sus propias cenizas con un álbum robusto – ´Battle for the sun´– que defienden con uñas y dientes.

El título da pistas sobre el afán esperanzador del cancionero. Sí, los miembros de Placebo se acercan a los cuarenta con esmero por la comunicación. Corren la cortina para que entre algo de luz a sus aposentos. Nutren su repetida fórmula de glam-rock lóbrego, teclados con purpurina y bajo decidido en estrofa y estribillo con arreglos ajustados. En Atarfe, incluso, intervino un violín eléctrico que enriqueció el alambique de salmodias enchufadas. Enlutado, melenudo y con un talle más grueso que en épocas pasadas, Molko y los suyos iniciaron el recital con ´Kitty litter´, la obertura de la reciente publicación.

Tal es la confianza que depositan en la cosecha reciente que siguieron con orden casi idéntico el repertorio del disco. Así, escudriñaron piezas como ´Ashtray heart´, el single ´For what it´s worth´, la poderosa ´The never ending-why´ o la rupturista ´Happy you´re gone´. Luego, una segunda parte obcecada en los episodios potables del presente decenio. Guiños a ´Meds´ (´Infra-red´, ´Song to say good-bye´), ´Sleeping with the ghosts´ (´The bitter end´) o el notable ´Black market music´ (ese relato truculento y narcótico de ´Special K´).

Los Placebo de 2009 continúan apoyándose en el principal capital de la banda: la voz de Molko. Melódica, adherente y marciana. Soporte perfecto para narrar sordideces íntimas en primera persona. Angustias y desamparos que crecen y se estiran en vivo con en el soporte monumental del suministro voltaico. Innegable contundencia sonora. Más –si cabe– desde la incorporación del batería estadounidense Steve Forrest. El rubio hipertatuado llamó la atención con sus ritmos desbocados y anfetamínicos.

Al final, en el único bis, tocaron su canción más popular. Con las confesiones sexuales de ´Taste in men´ se despidieron llevándose su androginia a otra parte.

Cerrada la noche, aún se veía todo negro.

se les olvido decir hechizante, la voz de Brian es hipnotizante y en verdad no se puede dejar de ver esa boca al interpretar esas letras y luego esos dientes que se asoman wawwwwwwwww, me encantan.
Que bueno que la mayoría de los comentarios, parece que son buenos


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se ve que nuestra banda consentida viene con todo , y con respecto a los comentarios y criticas son positivos y hablan muy bien de ellos.

c0n es0s c0mentar!0s s0l0 hacen Q m den mas ! mas ganas d ver !a a m! m0lko¡¡ !a Q!er0 cantar c0raz0n cen!cer0¡¡

yeah! era de esperarse jejeje...que buen show! gracias por la info.

Eeeeh eso me emociona más! Y ahora que vengan a México, será la vibra aún mayor, porque la verdad aquí la energía llega a su nivel más alto, y eso hace que Placebo sea nuestra banda consentida!!!